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lunes, 24 de marzo de 2014

Voy a hacer un recordatorio a la figura de Adolfo Suárez, a través de un comentario de selectividad de la CIUG (Junio 2003), formado por seis documentos. En el primero nos habla de la designación de Suárez como presidente de gobierno por el Rey. El segundo La Reforma Política, en la que se va a a pasar página al régimen franquista. En el tercer documento trata sobre la convocatoria de lecciones, en junio de 1977. El cuatro desemboca en la Constitución de 1978. El quinto en el golpe de estado del 23 F, y el sexto documento en las elecciones de 1982, donde el PSOE de Felipe González arrasa. Esta composición de texto histórico, se une a los que vengo haciendo de otras épocas históricas para mis alumnos de segundo de bachiller.

Prof. Juan R. Cancela

El centro neurálgico de los seis documentos se sitúa en La Transición. Una época no muy lejana en el tiempo y que marcó un punto de inflexión en el estado y sociedad española. La reciente muerte de uno de los protagonistas principales, Adolfo Suárez, ha servido para que distintos medios de comunicación nos hiciera viajar a imágenes de archivo de la época, y familiarizarnos a los que nacimos después de lo sucedido por aquellos años. Un proceso de transición que se ha convertido con el paso de los años en un modelo para muchos países por el escaso nivel de violencia que la acompañó. 

Tras la muerte de Franco, Juan Carlos I fue proclamado rey en un contexto político de gran incertidumbre. Se iniciaba un complejo proceso de transición que llevaría de la dictadura a un sistema democrático. Los primeros momentos de la monarquía de Juan Carlos I estuvieron caracterizados por la indefinición. Muchos sospechaban que la nueva monarquía sería una mera continuación del franquismo sin Franco. Sin embargo, el nuevo monarca se fue rodeando de un grupo de asesores, entre los que destacaba Torcuato Fernández Miranda, que diseñaron un plan de cambio político. Este cambio se vino en denominar la reforma. Se trataba de aplicar cambios controlados que garantizaran la intangibilidad de los funcionarios y militares franquistas y que llevaran a un sistema democrático desde las propias leyes franquistas. (Se dejaba de lado a personas ultraderechistas como Blas Piñar, muerto también recientemente). El “Bunker” del la dictadura.

En un principio el rey optó por mantener al frente del gobierno a Arias Navarro, quien había presidido el ejecutivo en la fase final de la dictadura. El gobierno incluía a Manuel Fraga en el puesto clave de ministro del Interior y figuras jóvenes procedentes del Movimiento como Adolfo Suárez o Martín Villa.
El gobierno de Arias fracasó a la hora de implementar un proceso de reformas creíble y respondió con represión a las protestas sociales. Una oleada de huelgas se extendió por el país en enero de 1976.  Toda la oposición se agrupó en la Coordinación Democrática lo que reforzó las protestas contra el inmovilismo del gobierno de Arias Navarro. Finalmente, el rey, que no había disimulado su descontento con la labor del ejecutivo, destituyó (obligo a dimitir) a Arias Navarro en julio de 1976.  (Arias Navarro es aquel señor mayor, que con una cinta negra en un brazo, sale en la tele inundado de una gran pena, diciendo : “Españoles Franco ha muerto”).

Don Juan Carlos apuesta por, Adolfo Suárez, joven político procedente del Movimiento, como nuevo presidente del gobierno. El 6 de julio Adolfo Suárez, pide la colaboración de todas las fuerzas sociales, como recoge el primer documento.

Suárez, fue recibido con decepción entre la opinión democrática.  Pese a que el nuevo gobierno estaba formado por ministros aperturistas, muchos pensaron que Suárez no era el hombre adecuado para liderar el proceso hacia la democracia. Poco tiempo después, en septiembre de 1976, Suárez presentó el proyecto de Ley para la Reforma Política. Era la concreción legislativa del proceso de desmantelamiento del franquismo desde el propio régimen. Paralelamente, Suárez inicio contactos discretos con la oposición democrática. Los sectores más inmovilistas del franquismo, crecientemente irritados por la evolución política y los atentados terroristas de  ETA y el GRAPO, empezaron a conspirar para organizar un golpe militar contra el incipiente proceso de reformas. En septiembre de 1976, Suárez nombró al teniente general Gutiérrez Mellado vicepresidente del gobierno. Gutiérrez Mellado fue una figura clave para controlar el peligro golpista en el Ejército. (Gutiérrez Mellado, es otra figura importantísima en la época, es ese señor mayor, que al principio iba al parlamento con su uniforme militar, y que se zarandeando por ultraderechistas en el entierro de los abogados de Atocha, y después por los golpistas en febrero de 1981).

Pese a las conspiraciones golpistas y a los actos terroristas de ETA, la conciencia de los cambios eran inevitables, llevaron a las Cortes franquistas a aprobar en noviembre  la Ley de Reforma Política, lo que suponía su "suicidio político". (Muerte total a cuarenta años de dictadura), hecho histórico reflejado en el segundo documento.

Poco a poco, la oposición fue saliendo de la clandestinidad. El PSOE celebró en Madrid su XXVII Congreso al que asistieron importantes líderes europeso, (Olof Palme, Willy Brandt, Miterrand). Por su parte Santiago Carrillo, el líder comunista dio una rueda de prensa clandestina en Madrid reclamando el derecho del PCE a ser legalizado.  Detenido el 23 de diciembre de 1976 , fue puesto en libertad ocho días después. (Famosa fue la peluca bajo la cual Carillo iba disfrazado). Ese mismo mes se había celebrado un referéndum popular sobre la Ley de Reforma Política. La respuesta había sido contundente: con  77.7% de participación, el  94.1% de los votos habían sido positivos.

La oposición, que en un principio había desconfiado de Suárez, pasó a aceptar lo inevitable: el fin del franquismo no se realizaría mediante lo que denominaban la ruptura democrática (gobierno provisional, amnistía, legalización de todos los partidos, elecciones libres...). En adelante, gran parte de la oposición pasó a apoyar un proceso de reforma que iba a concluir en el establecimiento de un genuino régimen democrático.  Pero no estaba siendo fácil, como lo muestra la matanza de cinco abogados laboralistas del PCE en Atocha por grupos de pistoleros de extrema derecha. La respuesta popular fue una  gran manifestación de repulsa en Madrid que se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de continuar los cambios de forma pacífica.

Adolfo Suárez, aunando coraje y habilidad política, supo sortear los obstáculos y adoptó medidas que permitieron el paso a un régimen democrático. La legalización del PCE en abril de 1977 y la amnistía de los presos políticos llevaron a la celebración de las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República en junio de 1977. Ya era habitual escuchar la famosa frase de Suárez “Puedo prometer y prometo”. Los mítines llegan a todos los rincones del territorio español, se desemboca así en el tercer documento, donde muestra un mitin del líder de la UCD,  Adolfo Suárez, que resultaría vencedores de esas elecciones.  El sistema de D’Hondt ya está en marcha para el reparto de escaños. El segundo partido más votado fue el PSOE de Felipe González con casi el 30% de los votos. Ante la sorpresa de muchos, el PSOE se hizo con la hegemonía en la izquierda. Por detrás quedó el PCE  de Santiago Carrillo con un 9.4% y la  Alianza Popular de Manuel Fraga  con el 8.0%. También sacó representación el PSP de Tierno Galván. Convergència i Unió de Jordi Pujol y el PNV se constituyeron como las principales fuerzas nacionalistas. Destacar la ausencia de representación ultraderecha, representadas en las figuras de Blas Piñar y Arias Navarro, así como de grupos terroristas como ETA. Emotivo, el momento en el que legendarios comunistas como La Pasionaria y Rafael Alberti, ocupan su escaño en el Congreso.

El nuevo gobierno de Suárez se aprestó a hacer frente a los dos principales desafíos del momento: elaborar una Constitución que articulara políticamente el nuevo sistema democrático y hacer frente al terrorismo de ETA, que seguía atentando pese a una amnistía total decretada en octubre de 1977, y al peligro golpista. Todo este delicado proceso político debía hacerse en un contexto de profunda crisis económica. La crisis del petróleo de 1973 había golpeado duramente a España, el paro y la inflación crecían alarmantemente. A las pocas semanas de su elección, las Cortes iniciaron los trabajos para elaborar la Constitución, (documento cuarto). Las Cortes elegidas en 1977 se convirtieron inmediatamente en Cortes Constituyentes.

Se eligió una Comisión Constitucional y esta eligió a siete diputados para elaborar un primer texto como proyecto constitucional. Estos siete diputados, los "padres de la constitución" fueron: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y José Pedro Pérez Llorca  de UCD; Gregorio Peces-Barba del PSOE; Jordi Solé Turá del PCE; Miquel Roca, en representación de Minoría Catalana y del PNV ; y Manuel Fraga  de AP. La ausencia de un representante del PNV ligada a la cuestión de los "derechos históricos", tuvo graves consecuencias ya que el principal partido nacionalista vasco no apoyó finalmente el texto constitucional.

La palabra que más se utilizó durante el proceso de redacción de la constitución fue la de “consenso". Se trataba de evitar la triste tradición española de "constituciones de partido" que habían jalonado especialmente nuestro siglo XIX. Aquellas cuestiones que suscitaban mayores diferencias  fueron redactadas de tal forma que pudieran ser aceptadas por las diversas fuerzas políticas. Esta es la razón de la cierta ambigüedad que se puede encontrar en algunos artículos de la Constitución.

Tras su debate en el Congreso y en el Senado,  el texto final fue aprobado en el  Pleno del Congreso de los Diputados por 316 votos a favor, 6 en contra y 3 abstenciones. Finalmente, el Proyecto de Constitución fue sometido a referéndum de los ciudadanos el 6 de diciembre de 1978. La Constitución quedó aprobada con un 87,87% de votos afirmativos.

En el título preliminar se contienen los principios fundamentales de la Constitución:
Se define a España como un Estado social y democrático de Derecho, se proclama que la soberanía nacional reside en el pueblo y  se define la forma política del Estado como una Monarquía parlamentaria. Aquí también se recogen los derechos individuales como el derecho a la vida, a la integridad física, la libertad ideológica, religiosa y de culto, a la libertad de expresión, a la educación, etc. También se incluyen algunos derechos sociales como la protección a la familia, disponer de una vivienda digna, disfrutar del medio ambiente, derecho al trabajo, a la protección de la salud, etc.
En lo que se refiere a la Corona se establece que el Rey es el Jefe del Estado y se fijan sus funciones, atribuciones y prerrogativas. Su poder es formal.

La Constitución establece la separación de poderes y organiza los poderes del Estado:
- Las Cortes están formadas por dos Cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas son elegidas por sufragio universal y ejercen el poder legislativo.
- El Gobierno, que ejerce el poder ejecutivo, dirige la política interior y exterior de España. También tiene potestad legislativa ya que puede presentar proyectos de leyes a las Cortes y desarrolla los reglamentos de las leyes aprobadas. El Presidente del Gobierno es investido por el poder legislativo.
- Los Jueces y magistrados ejercen el poder judicial. Se crea el Tribunal Constitucional cuya función es evitar cualquier violación de la Constitución y vigilar que no haya leyes que contradigan al texto constitucional. Es también el máximo órgano encargado de proteger los derechos y libertades fundamentales.

Se establecieron los cauces legales para que los territorios que lo desearan y que cumplieran una serie de requisitos pudieran constituirse en Comunidades autónomas.

Las Comunidades Autónomas que se constituyeran tendrían un Estatuto de Autonomía en el que se recogerían las competencias que asumían. Los Estatutos de Autonomía deben ser aprobados por las Cortes Generales. Aprobada la Constitución, se constituyeron en el período 1979-1983 las actuales Comunidades Autónomas y nuestro país quedó conformado por 17 Comunidades y dos Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla constituidas en 1995). Cada una de estas comunidades posee una Asamblea Legislativa y un Gobierno propios.

Tras aprobarse la Constitución, las Cortes fueron disueltas y en las nuevas elecciones celebradas el 1 de marzo de 1979 volvió a triunfar la UCD de Suárez. No ocurrió así en las elecciones municipales, las primeras democráticas desde la II República, celebradas poco después. La izquierda conquistó los principales ayuntamientos mediante la alianza del PSOE y el PCE. Pese a esta alianza, Felipe González forzó un giro político e ideológico en el PSOE tras la celebración de su XXVIII Congreso. El PSOE abandonó el marxismo como ideología oficial y se configuró como un partido de izquierda moderada que podía aspirar al poder en unas próximas elecciones.

En el año 1979 se inició un proceso de deterioro político que culminará con el golpe de estado frustrado en 1981. Diversos factores explican esta crisis política:
- La brutal campaña terrorista de ETA que causó 77 muertos en 1979 y 95 en 1980. Esos fueron los dos años más letales de la banda.
- El consiguiente desasosiego en los círculos militares de extrema derecha que iniciaron contactos para la preparación de un golpe.
- El fin del consenso con el inicio por parte del PSOE de una dura campaña de oposición, incluso, con una moción de censura que no se fraguó, pero de la que salió fortaleciod su líder, Felipe González.
- La aprobación de los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Cataluña a fines de 1979 y las consiguientes elecciones autonómicas que dieron mayoría a las fuerzas nacionalistas. Convergència y Unió de Jordi Pujol y el PNV.
- La crisis interna de UCD. Las disensiones y críticas internas en un partido que había nacido de forma artificial fueron minando poco a poco la posición de Suárez, a menudo enfrentado con miembros de su propio partido.

Todos estos factores precipitaron la dimisión de Suárez el 29 de enero de 1981. Calvo Sotelo, dirigente de UCD, fue designado candidato a la presidencia. Tras no obtener mayoría suficiente en una primera votación, se fijó para el día 23 de febrero la segunda votación para su investidura. Mientras se celebraba la votación de investidura un grupo de guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Tejero entraron en las Cortes secuestrando al poder legislativo y ejecutivo.  El capitán general de Valencia, Jaime Milans del Bosch, decretaba el estado de guerra y publicaba un bando que recordaba los del verano de 1936. El segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, Alfonso Armada, era otro de los principales golpistas. El golpe no contó, sin embargo, con el apoyo unitario del ejército, ni tampoco con los medios de comunicación. La labor de algunos militares, y del Rey fueron claves para abortar el golpe. De hecho, el momento decisivo llegó en la madrugada cuando el rey se dirigió a los ciudadanos, explicando las órdenes que había transmitido a los altos cargos militares de sumisión al orden constitucional. Golpe del que nos habla el quinto documento.
Calvo Sotelo gobernó sólo un año y medio, pero intenso, ya que en ese corto período estuvo marcado por la descomposición de su propio partido, la aprobación de la Ley del Divorcio con una fenomenal oposición de la Iglesia y el escándalo del envenenamiento masivo por aceite de colza desnaturalizado.
En mayo de 1982, con la oposición de los partidos de izquierda, España ingresó en la Organización del Atlántico Norte (OTAN). El PSOE prometió un referéndum popular sobre esta adhesión si ganaba las elecciones.
En octubre de 1982, Calvo Sotelo convocó elecciones. El PSOE consiguió un triunfo arrollador con más de 10 millones de votos y mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. El proyecto de "cambio" de Felipe González había arrollado a una UCD que casi desapareció en las elecciones y fue sustituida por la Alianza Popular de Manuel Fraga como el principal partido de la derecha. Los escaños de los distintos grupos políticos se recoge en el documento sexto.
Los socialistas representados por Felipe González, gobernaron hasta 1996. Ganaron las elecciones de 1986, 1989 y 1993, estas últimas sin mayoría absoluta. En líneas generales, en estos años se produjeron mejoras económicas, en educación y sanidad. España ingresa en la Comunidad Europea, pero estuvo salpicada, sobre todo en los últimos años, por escándalos como: Los Gal, Roldán, etc.

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